Ahora, me faltaba la fecha. No sabía cuando hacerlo ni porque. Decidí, por fin, hacerlo este 11 de Noviembre, como un homenaje a mi gran tío Libo García, por su fecha de nacimiento.
Hermano de mi papá, 61 años de edad, uno de mis tíos más cercanos. Tardes en parque, cafés con "don Chusito", tantas veladas de los juegos florales en su recuerdo, tantos carros, competencias y motos grandes; accidentes, muchos amigos, demasiados conocidos. Sí, mi tío Libo era famoso en Quetzaltenango y sobre todo en la cuadra del Parque Central. Jubilado y sin obligaciones se paseaba en el Centro Histórico todos los días, llegando a McDonalds tipo 6 de la tarde. Se sentaba, saludaba a los viejitos y se tomaba una taza de café mientras abordaba rápidamente algún tema de Harley Davison o del Xelajú. A eso de las 10 se iba a descansar ya pasadas 4 horas entre charlas, cafecitos y periódicos.
Llegaba el fin de semana; al medio día acostumbraba bajar al Servicentro, trabajo de mi papá. Se sentaba a leer el periódico mientras se comía poco a poco las manías que compraba en el camino. Yo lo saludaba con un abrazo y siempre me preguntaba por mi mamá y por mi hermana. Una bolsa amarilla y una roja bajo el brazo me decían que llevaba, como siempre, tres quetzales de tortillas y una libra de queso de pita. Luego venía la hora del almuerzo, él se venía con nosotros. Entraba a la casa y mirando a los canarios, a los gatos y a las plantas le aconsejaba a mi mamá un fertilizante. Le pasaban su cocido de verduras y antes de empezar hacia sus tortillas con queso. Al terminar siempre me decía que fuera a traer unas rosquitas, pero saladas. Mientras se las comía me platicaba de sus viajes, me contaba sus anécdotas, me hablaba de motores. Después se levantaba, volvía a comentar de los fertilizantes y se iba a la farmacia a comprar unas pastillas. Regresaba a traer a mi papá, y dejaba las pastillas olvidadas.
En la tarde solíamos ir a algún lado, y más noche le pasábamos dejando las pastillas.
Esa fue su vida durante muchos años, hasta el viernes 26 de marzo de este año. Caminaba por uno de los lugares de siempre y el mareo de quien ha viajado mucho llegó a su equilibrio. Se puso pálido y solo nos dijeron que estaba desahuciado. Murió el martes 30 y desde ese momento mi percepción de la vida y la muerte cambió demasiado.
Hoy, mediante la palabra que aquí escribo le hago un homenaje, y les confieso a ustedes cuanto lo extraño a él y a su cariño de tío. Definitivamente, conocía muchos caminos pero no el de la muerte, y es ahí donde él viaja ahora.
Siempre lo recordamos con amor,
por la barba y porque
la onda es tranquila muchá
2 comentarios:
Yo fui su primer sobrina, y quien tuvo la suerte, la dicha y el honor de recibir mucho amor de Liborio, o Toris como yo le decia, recuerdo tanto su olor a pachuli, porque tambien fue hiposo! revelde, parrandero, quien le dio muchos dolores de cabeza a mis abuelos, como todos los hijos lo hacemos, recuerdo en sentarme en su regazo, con los gatos que no hacian falta en la casa de mis abuelos, su casa, donde habian noches que no llegaba a dormir, recuerdo como yo salia corriendo cuando llegaba, y el me cargaba, recuerdo meterme en su cama a leer la prensa, recuerdo su cuarto, y cada una de las calcomanias viejas, y con tanto detalle que habian pegadas en su ventana, en su closet, recuerdo cuando me llevaba al colegio, cada dia en diferente carro, cuando en ese entonces, el Sn Francisco de Asis tenia doble jornada, y el regesaba a trabajar a la Gas, recuerdo lo que lo rogaba para que me diera un colazo en las motos, y mis tardes en la Gas con el, subida en la moto, y sentada en su regazo en su escritorio, ver entrar y salir gente, que lo queria y respetaba tanto. Luego muchos años despues, recuerdo cuan amoroso fue con mis hijos, decian "el Tio Libo si es ubuelo mira abuelo, nos lleva al cine, nos arregla nuestros jugetes, juega con nosotros". El Toris, tambien marco mi vida, es parte de mi vida, que precisamente murio el dia de mi cumpleaños, el 30 de marzo. He pues mujo! un poquito mas de material para tu blog!, te quiero mucho mi pequeño literato!
quien olvida a un gran personaje de la vida diaria de aquella xelaju de los 80, 90, cuando el toro era el encargado del servicentro esso san carlos herencia de mi querido abuelo chaly,que siempre estaba ayudando a todos los amigos que llegaban a que se les atendiera su vehiculo, conocer a un gran amante de los carros arreglados y las motos harley, de la sposter que nos ponia los domingos a calentarla a patadas para darnos nuestros 25 centavos de regalo ami tio miguel a mi tio hugo y a mi hermano alfredo que somos de la misma camada,luego todas las tardesllegando las 5.30de la tarde aparecian todos los amigos del toro a platicar y armar alguna fiesta en cualquier lugar de bohemios quezaltecos, en dicha hora llegaba una señora a vender el delicioso atol y las ricas shecas con frijol, las cuales el toro invitaba a el que entraba por la puerta de la oficina del servicentro, el toro no fue un tipo fue un tipazo, que a nadie le negaba una sonrisa y un abrazo en momentos de trtistesa y de pena, asi que te escribo algo de lo vivido con el toro, carlitos y felicidades por ser un poeta.-
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